misterio entre las selvas de Panamá.
Cuenta mi abuelo que hubo una vez un señor que junto a tres jóvenes se adentraron a la selva a cultivar café durante una semana. Era viernes, todo iba bien, el señor les dio a cada uno una labor que hacer, desde ayudarlo a recoger el café y guardarlos en sacos, hacer el jorón (pequeño cuarto hecho con ramas y enredaderas alto que sirve para refugio de animales y la lluvia en la noche), hasta cocinar o almacenar comida.
Los hombres poco a poco cada día que pasaba ellos comenzaban a comentar entre ellos y a voz el deseo de tener a una mujer de compañía, el señor cada vez que los escuchaba les advertía que dejaran de hablar y pensar cosas así. Ellos sin inmutarse simplemente susurraban aquellos pensamientos entre ellos y reían. Pasaron las horas y llego la noche, subieron al jorón, cenaron y los hombres nuevamente comenzaron a hablar sobre sus deseos sexuales de tener una hermosa mujer ahí mismo. Entre risas y risas seguían hablando cuando el señor por ultima vez les dijo: dejen de hablar sobre eso, respeten el silencio de la noche y a la selva...
Los tres hombres siguieron hablando pero mas bajo, cuando de pronto entre el silencio de la noche, se comenzaron a escuchar pasos que hacían crujir las ramas y hojas. de pronto el silencio se apodero cuando aquellas pisadas se detuvieron justo debajo del jorón.
¡Buenas Noches!, con voz de mujer delicada comenzó a hablar desde abajo de donde se situaban ellos. los hombres se asombraron y callados no emitieron ninguna respuesta. ¡Buenas noches!... repitió la mujer, ¿Me podrían dar refugio por esta noche?... pregunto la mujer... los tres hombres al escuchar eso, comenzaron a sentirse extraños y a preguntarse en voz baja que mujer puede ser si están muy lejos de la gente. miraron al señor y se dieron cuenta que estaba profundamente dormido.
la mujer al no escuchar respuesta dijo: Es que acaso no pidieron compañía?...
los hombres al escuchar esto temblaron de miedo, ninguno podía ni gritar ni hablar, fue ahí cuando el señor se despertó y los miro serio y sin decir nada comenzó a hablar en voz baja y con ojos cerrados.
Eh venido a acompañarlos... ya que no me responden... subiré!...
la voz era cada vez mas tétrica y ronca. los hombres al escuchar eso comenzaron a llorar y a gemir por que sabían lo que les podía pasar. cada ves se escuchaba mas como aquella cosa subía por los escalones improvisados. El señor seguía murmurando algo que parecía una oración... cuando de pronto la pequeña portilla del jorón se comenzó a abrir lentamente y a dejar ver unas manos negras alargadas y delgadas, el señor siguió murmurando aquella oración y los tres hombres seguían paralizados viendo como subía aquella mujer siniestra. Cuando dejo ver lo que eran unos negros ojos bordados de rojo y un cuerpo como de cabra negra aquella cosa con voz ronca y como si detrás de ella hablara alguien mas dijo: agradezcan que este hombre les acompaña... por que si no hubiese sido por el.. me los hubiese llevado...
sonrío mostrando unos dientes que mas que colmillos parecían miles de cuchillas afiladas que resplandecieron con la pequeña luz del mechón.
así mismo como llego se fue... y en un agudo grito desapareció. Los hombres sin decir nada miraron al señor, aquel hombre les dijo: La naturaleza tiene misterios y mas en lo profundo de la selva. guarden respeto y mas en las noches silenciosas.
Aquellos hombres no se quedaron ni una noche mas y decidieron irse al pueblo.
Uno de ellos conto que en el camino sentían como si alguien les observara muy cerca...
espero haya sido de su agrado...
atentamente: Gabriela Morales
Feliz Halloween